Nosotros

En pocas palabras

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces.

Fue la bondad del Señor la que nos ha unido. Dos personas que crecieron en la misma ciudad, sin conocerse y Dios orquestó todo para conocernos.

Desde que nos conocimos fue evidente para ambos que seríamos confidentes el uno para el otro. La primera vez que hablamos, como pueden imaginar, fueron horas.

De manera fácil creamos una amistad que se fue estrechando, a pesar de la distancia, con altos y bajos pero siempre constante.

De pronto fue evidente que ambos queríamos estar juntos siempre. El amor el uno por el otro fue creciendo. Y ahora aquí estamos, caminando muy felices hacia el matrimonio.

1 Corintios 13:4-7

La preeminencia del amor de Dios

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.